Cambio electrónico frente a cambio mecánico

Precisión y consistencia en el cambio

Una de las principales ventajas del cambio electrónico es la precisión y consistencia con la que se realizan los cambios de marchas. A diferencia de los sistemas mecánicos, que dependen de cables que pueden estirarse o deteriorarse con el tiempo, los sistemas electrónicos utilizan pequeños motores en los desviadores que permiten realizar los cambios con solo presionar un botón. Esto garantiza que el ciclista siempre encontrará la marcha correcta, lo que es especialmente útil en situaciones competitivas o terrenos complicados.

El cambio electrónico también elimina problemas comunes en los sistemas mecánicos, como el «salto» de la cadena, que ocurre cuando un cambio no se realiza correctamente. Este nivel de precisión puede marcar una diferencia significativa en carreras o rutas de alta exigencia, donde cada segundo cuenta.

Personalización y ergonomía

Otra característica destacada de los sistemas electrónicos es la posibilidad de personalización. Por ejemplo, sistemas como SRAM eTap AXS permiten a los ciclistas configurar cómo desean que funcione el sistema de cambios, ajustando la cantidad de marchas que se cambian con una sola pulsación del botón o incluso configurando botones adicionales en otras partes del manillar, los famosos blips de SRAM por ejemplo para facilitar los cambios en distintas posiciones de conducción.

Esta capacidad de personalización también se traduce en una mejor ergonomía. Los botones de cambio requieren menos esfuerzo físico que las palancas mecánicas tradicionales, lo que reduce la fatiga, especialmente durante largas distancias o sesiones de entrenamiento intensivas. Esto no solo mejora la comodidad del ciclista, sino que también permite concentrarse más en otros aspectos del rendimiento, como la producción de potencia o la maniobrabilidad de la bicicleta.

Mantenimiento reducido

Uno de los puntos fuertes de los sistemas electrónicos es el menor mantenimiento que requieren en comparación con los sistemas mecánicos. Los cables de los sistemas mecánicos pueden estirarse y desgastarse, lo que afecta la precisión del cambio y requiere ajustes periódicos o reemplazos​ . En cambio, los sistemas electrónicos no utilizan cables (o los utilizan en menor medida, como en el caso de algunos modelos de Shimano Di2), lo que significa que una vez instalados, requieren poco mantenimiento aparte de asegurarse de que las baterías estén cargadas.

Además, la instalación de estos sistemas es generalmente más sencilla. En particular, el sistema inalámbrico de SRAM eTap AXS elimina completamente la necesidad de cables, lo que simplifica enormemente el proceso de instalación y reduce la probabilidad de problemas técnicos relacionados con el cableado​

Desventajas: precio y fiabilidad en condiciones extremas

A pesar de las numerosas ventajas, el cambio electrónico no está exento de desventajas. El costo es uno de los principales obstáculos. Los sistemas electrónicos son significativamente más caros que sus contrapartes mecánicas. Por ejemplo, un grupo electrónico de gama alta como el Shimano Ultegra Di2 puede costar entre 2000 y 3000 dólares, mientras que un sistema mecánico comparable cuesta alrededor de 1000 dólares​ Este alto costo puede ser prohibitivo para muchos ciclistas, especialmente para aquellos que no compiten a nivel profesional.

Además, existe cierta preocupación sobre la fiabilidad de estos sistemas en condiciones extremas, como en climas muy fríos, donde las baterías pueden descargarse más rápidamente​. Para los ciclistas que realizan viajes largos o en entornos remotos, la posibilidad de quedarse sin batería y perder la capacidad de cambiar de marcha puede ser un riesgo considerable. Sin embargo, los fabricantes han trabajado para mitigar estos riesgos, como la opción en algunos sistemas de cambiar manualmente la cadena si la batería se agota.

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